Sé que a mucha gente toda la situación con el Covid 19, por razones varias, es difícil. Una de las principales dificultades es la inseguridad que sentimos, por la salud, si no la nuestra, la de alguien querido. La inseguridad económica también es muy real para mucha gente, y luego esta también la inseguridad de cuanto tiempo vamos a tener que estar con mascarillas y sin darles besos a nuestros amigos y conocidos, y si vamos a poder con la situación, con las nuevas normativas y con el miedo que producen.
La incertidumbre es la cosa que más le puede a los humanos. Casi preferimos estar en una situación bastante mala, pero predecible y conocida, que estar con mucha inseguridad.
Así estamos programados desde la evolución. La incertidumbre produce en nosotros reacciones de supervivencia, de pelear, huir o congelarnos, y esas sensaciones en el cuerpo no nos dejan estar tranquilos y sentir esa calma que mas necesitamos, ya que nuestro cuerpo queda inundado de hormonas del miedo del sistema limbico y bloquean el acceso a nuestro cerebro mas evolucionado, la corteza frontal, que es la que tiene capacidad de ver la situación con mas amplitud, con mas perspectiva.
Otro aspecto de esta situación de confinamiento, es que funciona como un espejo para ver la verdad sobre nosotros mismos.
Qué es lo que realmente hay ahi dentro de nosotros, que normalmente tenemos bien controlado o tapado con nuestras distracciones y que-haceres. También pueden salir a la superficie verdades difíciles de nuestras relaciones intimas.
Esto es un poco el diagnostico, pero no hay mal que por bien no venga. Esta crisis es también una tremenda oportunidad para sanar y crecer, no solo individualmente, pero colectivamente.
En el budismo una de las practicas mas fundamentales es tomar refugio.
Qué quiere decir eso? El refugio es lo que te protege, es lo que te permite sentirte segura, a salvo, fuera de peligro. El refugio es lo más fundamental, cuando tienes refugio, puedes tranquilizarte, puedes bajar las defensas y puedes sentir la calma, puedes reposar el la paz.
En estos tiempos necesitamos ese refugio, añoramos sentirnos seguros y a salvo, lo que pasa es que los refugios que hemos cultivado durante muchos años no funcionan tan bien en esta situación extrema.
Cuales suelen ser nuestros refugios? a dónde vamos si nos sentimos un poco inquietos? principalmente nuestros hábitos diarios nos dan refugio, nos sentimos seguros cuando tenemos a nuestra rutina. Luego esta la nevera, un vinito, algo dulce. También esta Netflix, facebook, instagram, wathsapp y el deporte también es util cuando nos sentimos inquietos.
Lo que pasa, es que estos refugios son muy precarios, porque no llegan muy hondo, son superficiales y fáciles de derrumbar. Pero existen refugios más verdaderos, y más duraderos.
Lo que pasa es que estamos acostumbrados a tener lo que queremos ahora mismo, esto es la sociedad del fast food, pero crear un refugio verdadero y duradero, no se hace de un día al otro, no es como el netflix, donde pulsas un botón, y ala ya estamos insensibilizados durante un buen rato.
En el refugio verdadero, no nos hace falta insensibilizarnos, porque en el refugio verdadero somos totalmente capaces de estar con todo lo que la vida nos puede presentar. En el refugio verdadero tenemos capacidad de estar con todas nuestras emociones y también con cualquier situación externa que venga.
Seguro que ya tenéis curiosidad de saber donde esta este refugio, pues, mientras todos nuestros refugios normales son externos, afuera de nosotros mismos, el refugio verdadero esta dentro de nosotros - por eso es tan bueno, siempre esta con tigo, vayas donde vayas.
Ahora, Crear este refugio interno es un proceso, y requiere practica. Si nunca hemos dedicado tiempo a cultivar una relación con nuestro paisaje interior, nuestro cuerpo interior, nuestras emociones mas allá de lo mas obvio, ni una relación con nuestro silencio interior, o nuestro espíritu interior, pues no podemos esperar que el primer día que lo intentamos, ya lo tengamos.
La practica es meditación formal, y también informal. Osea estar mas conscientes en cada momento, y tener mas curiosidad por explorar este refugio interno que existe en cada uno de nosotros en cada momento, y que realmente no es otra cosa que profundizar en la presencia misma, en sentir la presencia dentro de nosotros
Principalmente lo que nos hace sentir seguros y a salvo, es saber que nuestro contenedor, nuestro ser es tan grande, tan arraigado y tan espacioso, que todo tiene cabida. Esto quiere decir que nosotros tenemos que cultivar nuestro ser para que sea bien arraigado y a la vez muy espacioso. Un poco como un árbol, que tiene las raíces firmemente plantadas en la profundidad de la tierra, pero a la vez su corona se estira hacia la luz y el espacio y cuando vienen las tormentas el árbol tiene a la vez la firmeza de las raíces y la flexibilidad de la corona.
Nuestro cuerpo es el portal a sentir la presencia y por eso nuestro primer refugio es sentir nos arraigados en las sensaciones de nuestro cuerpo interior. Nuestro cuerpo es una extensión de la misma tierra, estamos hechos de los mismísimos materiales que ella, somos una parte integral de ella. Podemos parar y sentir la tremenda estabilidad que existe en la sensación de nuestro cuerpo interior. En ese silencio estoico que recorre por nuestro cuerpo.
La respiración también forma parte de nuestro refugio en presencia. Cuando nos rendimos a realmente sentir la respiración dentro del cuerpo, sentir como se mueve en nuestro pecho y en nuestro abdomen, cuando nos tomamos el tiempo a sentir como calma el cuerpo, y a sentir como todo el cuerpo se ondula con la respiración, conectamos con la base de estar vivos. Conectamos con la vida misma, y incluso podemos darnos cuenta que no somos nosotros que decidimos respirar o no, la respiración ocurre sin nuestra voluntad.
Estamos siendo respirados, estamos siendo vividos por el misterio mucho más primordial y vasto que el pequeño yo.
Ahora, Lo que realmente nos va a permitir profundizar en la presencia y en cualquier refugio verdadero, es cultivar una actitud de aceptación y de amor hacia cualquier experiencia que tengamos, y eso significa que tenemos que incluir a nosotros mismos y a los demás en ese campo de aceptación y ternura. La aceptación y la ternura es el calor que derrite al frio de la resistencia. Y la resistencia hacia las cosas como son es el obstáculo principal de poder reposar en la presencia y en la paz interior.
Como dice Rachel Naomi Remen: Uno de los principios mas profundos de transformación es, que solo cuando parramos la guerra con nosotros mismos, somos libres para florecer, y libres para ser todo lo que somos.
Espero que podemos tomar este tiempo difícil como una pausa sagrada para sanar y para crecer juntos. Como dice mi maestro, Jack Kornfield. No hacemos esto para perfeccionar a nosotros mismos, lo hacemos para perfeccionar nuestro amor.
